LO ÚTIL, DE LO VALIOSO.

Quisiera iniciar este nuevo artículo del blog agradeciendo a mis antepasados, familia, maestros, amigos y a todas las personas que se han cruzado durante mi vida y en mi andar hasta este momento.  Reconozco humildemente que por todos ellos, ya sea genéticamente o universalmente, soy el que soy y estoy vivo en estos años.  Mil gracias por sus enseñanzas, cuidado, apoyo y por toda su valiosa ayuda.

En estos primeros días de Octubre cumplimos 4 años de abrir nuestro Dojo en la ciudad de Talca y siempre lo bauticé como el Dojo de mis sueños.  Seguro la historia de cómo llegue con mi familia a esta ciudad y como encontré este local, donde ahora se ubica nuestra escuela ya la han escuchado, sin embargo en el detalle, cada una de las situaciones que fueron desencadenando el poder estar acá y hacer este Dojo en Talca son para escribir varias páginas.

El Aikido para mí ha sido una forma de entender la vida y una herramienta tan valiosa que en lo personal la he utilizado en todos los aspectos de mi existir.  Me fue ayudando a resolver conflictos internos y fue desnudando defectos y también aciertos de mis conductas y formas de actuar.  El estudio y su práctica influyeron significativamente en mi bienestar físico y mental, entregándome respuestas a cuestiones importantes de la vida, todo gracias a su profunda filosofía y ética.

Fue esto lo que me motivo a la necesidad de tener que difundirlo y a tratar de hacerlo más reconocido por la gente.

El Aikido tiene tantos aspectos relevantes, que sin duda ayuda de una manera u otra a las personas.  Lo conocido es que es un arte marcial japonés que se genera como una actividad física, pero no pocos han experimentado que la práctica otorga una tranquilidad mental difícil de realizar en otra actividad en movimiento.  Lo anterior, siempre es acompañado del autodescubrimiento del ser, con un fondo espiritual que nada tiene que ver con dogmas o religiones, por el contrario, prevalece con el sentido común encontrando nuestra propia humanidad.

Ocurre en los practicantes, que la vida cotidiana comienza a tener diferentes formas y prismas, que probablemente antes nunca habíamos considerado como posibles, comenzando así la transformación de  su actual vivir.

Nunca soñé con ser Sensei, esto es verdad absoluta.  Yo era un alumno agradecido de aprender y practicar este maravilloso arte marcial y hoy me encuentro en esta linda senda que por alguna buena razón, y como dice la canción “-“… los caminos de la vida no fueron los que yo pensaba…”, estoy muy feliz de haberla aceptado.  Por supuesto, sigo considerándome alumno y continuo estudiando y aprendiendo de cada practica y cada entrenamiento.

Por ahí leí en un artículo en donde se describía, que la madurez del ser humano, sin importar la edad, se manifestaba haciendo la distinción, entre lo útil, de lo que es valioso.  Otorgarle tiempo y detenerse a hacer esta reflexión a diario, es difícil en este mundo contemporáneo que corre tan de prisa.   Pero haciendo el ejercicio práctico, casi siempre resulta que la reflexión se transforma a una cuestión material y numérica de lo que es útil para las personas, es decir se le otorga valor o precio en dinero.

Ahora bien, ponerle precio a algo material tangible y útil como una tijera es fácil, pero ponerle precio en dinero a algo valioso, como por ejemplo, un abrazo fraterno y sincero de alguien que te quiere cuando sales recién recuperado del hospital, es más dificultoso.

De igual forma en nuestro cerebro casi siempre evaluaremos que lo útil es más caro, es más cuantioso que lo valioso, de hecho lo valioso rara vez cuesta dinero.  Esto ocurre porque le hemos dado a lo material y al dinero un estatus preponderante en nuestras vidas, dejando de lado lo que a mi parecer es lo que verdaderamente importa.

Por otro lado tomemos ahora en cuenta el tiempo.  ¿Habrá algo más valioso que nuestro propio tiempo?, yo al menos no lo creo, y en la medida que crecemos en edad, cada vez se hace mas importante.  Conocidas son las frases típicas de todos nosotros, “no tengo tiempo para hacer nada”, “es que no me alcanza el tiempo”, o “el tiempo vuela”, etc.

De hecho por hacer las actividades que nos demanda un empleo o un trabajo en nuestro propio tiempo, es por lo que recibimos dinero a cambio.  Lo que sea que usted haga, se lo valoran y le pagan dinero por ello.

Lo invito a que juntos hagamos una reflexión y nos preguntemos: Estoy considerando que mi tiempo es algo útil o algo valioso, o  también podría considerar la siguiente pregunta: Estoy ocupando mí tiempo en algo valioso o solamente en algo útil.

Es un hecho y por lo demás lo creo firmemente, que los mejores momentos de la vida en que ocupamos bien nuestro tiempo, no nos costaron dinero y no fueron nada de útiles, excepto para provocarnos felicidad en el corazón y darnos más ganas de vivir.

Desde que tenemos memoria y en adelante mientras vivimos, aquellos momentos valiosos los seguimos atesorando y quizás sean esos momentos los que se nos pasen por la cabeza justo antes de abandonar este mundo.

Las personas que voy recién conociendo y no saben que soy Sensei, siempre me preguntan: ¿Qué es lo que haces tú?, yo les digo, tengo una escuela de artes marciales y enseño Aikido, ellos responden, ah y ¿Qué es el Aikido?

En ese momento siempre hago una pausa y pienso en que respuesta dar.  Es tan difícil de explicar con palabras, porque considero que el Aikido son tantas cosas y que ayuda en tantos aspectos, es demasiada amplitud para simplificarla o utilizar un solo concepto, es decir, es demasiado valioso, demasiado.

Talca, Octubre 2025.

Categorías:

Blog

Comparte :